El Padre Andrea D’Ascanio, animador del Movimiento Armada Blanca de la Virgen, organización dedicada a la protección de la Vida naciente y de la primera infancia, ha sido obligado, por medio de una resolución de Congregación de la Doctrina de la Fe (Secretaria de la Curia Romana), a suspender su actividad como asistente espiritual del citado movimiento, el cual conserva la identidad que en su momento aprobó el arzobispo de L’Aquila, Mons. Mario Peressin, así como muchos otros obispos.
Los integrantes del Comité Internacional pro Padre Andrea D’Ascanio han presentado, inútilmente, solicitudes para conocer los verdaderos motivos que subyacen a dicha resolución suspensoria.
Ante este silencio y tomando en consideración la disponibilidad de documentos de dominio público, pretenden hacer uso de los mismos, para que el apostolado desarrollado por el Padre Andrea permanezcan indemne en la mente y el corazón de aquellos que se han beneficiado del mismo.
Estas acciones se pretenden realizar como un acto de gratitud a Dios, por haberle permitido a este humilde padre capuchino, ser misionero del Amor de Jesús y María hacia los pequeños, quienes son las principales víctimas de todas las formas de violencia física y moral.
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