"Los fieles (…) tienen derecho y a veces incluso el deber, en razón de su propio conocimiento, competencia y prestigio, de manifestar a los Pastores sagrados su opinión sobre aquello que pertenece al bien de la Iglesia y de manifestar a los demás fieles" (Código de Derecho Canónigo Can. 212 § 2-3)

"Sin embargo, la comunicación en el interior de la comunidad eclesial como la de la Iglesia con el mundo demandan transparencia (…) para promover en la comunidad cristiana una opinión pública rectamente informada y capaz de discernimiento.” (S.S. Juan Pablo II, Carta Apóstólica "El rápido desarrollo"24.1.05 n.12 )

Don Gabriele Nanni, el Exorcista

Gabriele Nanni ha hecho el propósito de su vida el destruir al Padre Andrea y la Armada Blanca”
(Arzobispo Mario Peressin a mons. Piero Vergari)

De la sentencia absolutoria del Padre Andrea D’Ascanio correspondiente al primer proceso eclesiástico:

De los autos y de cuanto se ha demostrado (can.1608 §2) , es claro que Don Gabriele Nanni es uno de los urdidores de la conjura contra el P.Andrea D’Ascanio, motivo por el cual (para evitar un posible acto de perjurio) el Presidente-Instructor no le pidió emitir el juramento de veritate dicenda (de declarar bajo protesta de decir verdad)”


Pero, ¿quién es Don Gabriele Nanni?

De la sentencia de absolución:

Don Gabriele Nanni nació el 9 de marzo de 1959 en Forlì. Después de terminar los estudios de nivel medio superior, entró en el seminario diocesano de Bolonia, pero lo abandonó aproximadamente un año después. Obtuvo el título de licenciado en Historia de la Filosofía en Bolonia. Después de una crisis interior, se volvió a acercar a la práctica religiosa y quería volverse sacerdote en una congregación mariana y misionera. En 1987 conoció al P.Andrea D’Ascanio y se volvió integrante de la “Armada Blanca”. En 1990 se cambió de Modena a L’Aquila para dedicarse completamente a la “Armada Blanca” y para obtener el Bachillerato en Teología en la Universidad Pontificia Lateranense, en vista de su futura ordenación sacerdotal.

Sostuvo una serie de episodios sentimentales con la licenciada Alessia Zimei. Aunque él era uno de los candidatos de la “Armada Blanca” para el sacerdocio (cuando hubiera sido posible), en realidad, en él se manifestaban una serie de contradicciones que ponían en duda su vocación e idoneidad. Finalmente, en ocasión de una misión a Moscú (otoño de 1993), llevada a cabo por iniciativa propia y por cuenta de la “Armada Blanca” (para estudiar la lengua rusa, aseverando que el conocimiento de esta lengua sería de gran utilidad para el apostolado en el Este), decidió dejar formalmente a la “Armada Blanca”(...).

De hecho, en Moscú encontró a dos monjas de la Congregación Pro Deo et Fratribus (ahora Familia de María) que trabajan en Novosibirsk en Siberia, y se fue en avión a pasar el período de la natividad con ellas. Al poco tiempo, tomó la decisión de dejar definitivamente la “Armada Blanca” y se mudó a Eslovaquia, a la casa de formación teológica de la Pro Deo et Fratribus:

De la sentencia de absolución:

Ingresado en la “Pro Deus et Fratribus” de Eslovaquia (principios de marzo de 1994), permaneció en dicho lugar hasta el 13 de diciembre de 1994, fecha en la que se mudó a la sede de la “Pro Deo et Fratibus” de Civitella del Tronto (Teramo-I), lugar en el que permaneció hasta su salida definitiva (hacia finales de noviembre de 1996). En la “Pro Deo et Fratibus” no estaban seguros sobre su ordenación sacerdotal (...).

Su traslado a Civitella del Tronto, casa de prueba, fue para él una humillación profunda y tuvo miedo que en aquel lugar llegara a ser ordenado sacerdote.

Ni siquiera se le ocurría pensar que sus superiores habían bloqueado su ordenación, porque percibían que no era apto para el sacerdocio; por el contrario, se convenció que todo había sido provocado por una supuesta mala imagen que había dado de él el Padre Andrea D’Ascanio. A partir de entonces, comienza a incubar un hastío que con el tiempo se volverá un odio feroz que transmite a todas las mujeres a las cuales “les abre los ojos”: de estimadoras, pasarán a ser acusadoras pertinaces del Padre Andrea D’Ascanio: empezando por Alessia Zimei.

Lo difícil de su situación llega a ser del conocimiento en la casa de la familia Zimei, el centro operativo del “pool” contra el Padre Andrea D’Ascanio. Una delegación aquilana acude a buscarlo en el verano de 1996 en Civitella del Tronto y le deja entrever la posibilidad de entrar en el seminario de L’Aquila. El Obispo Molinari se declara dispuesto a ayudarlo. Eso es la solución a todos sus problemas.


El primer éxito como "exorcista": la “apertura de ojos” a Alessia Zimei

De la sentencia de absolución:

“La licenciada Alessia Zimei fue bautizada por el padre Andrea D’Ascanio y ha conservado siempre con él una relación de confianza y amistad (…) Entró en la Armada Blanca en el ’89, en la ocasión de la Audiencia especial concedida por S.S. Juan Pablo II a la “Armada Blanca” en el Aula Pablo VI, pero su participación se vuelve más intensa poco después (…) La colaboración con la “Armada Blanca” asume, sin formalidad particular, un carácter “vocacional” de plena dedicación (en algunas ocasiones Alessia firma como Alessia de Dios y de María”). Al inicio de 1996 el Padre Andrea D’Ascanio invitó a Alessia a participar en una misión en Ecuador. Hubo una dura oposición familiar (…) Regresó a L’Aquila de Ecuador el 31 de octubre de 1996 con la intención de volver al País Latinoamericano después de pocos días (15 de noviembre) y continuar su misión con la “Armada Blanca” (…)

La licenciada Alessia Zimei afirma que, antes de su regreso del Ecuador, “en la familia (de ella) habían mantenido contactos con Gabriele Nanni”. Además, dice: “llegué al aeropuerto de Fiumicino. Regresé del Ecuador el 31 de octubre de 1996 y fueron a recibirme mis hermanos (...). Mis hermanos tenían cierta esperanza de “recuperarme”, incluso si el plan era que yo regresara al Ecuador en aproximadamente unos veinte días (...)”. Hay certeza moral de que los hermanos le comentaron a Alessia de la oportunidad de ir a buscar a Don Gabriele Nanni, quien se había visto previamente con la familia y cuya amistad con Alessia es de hacer notar. De hecho, al día siguiente, es decir, el 1 de noviembre, Alessia le llamó a Don Gabriele y fijan una cita para el 2 de noviembre, fecha en que se la pasaron juntos todo el día (...).

Después de haber pasado con él casi un día en el Seminario en el que vivía (“Pro Deo et Fratibus” en Civitella del Tronto TE) el próximo 2 de noviembre, los ojos de Alessia se “abrieron” (…)

Después de diez horas de presión psicológica, Gabriele Nanni le la convenció que el Padre Andrea fue su ruina:

Del interrogatorio a Alessia Zimei ante el Tribunal eclesiástico:

“Presidente: ¿Cuándo ocurrió esto que está contando?

Alessi Zimei: Ese día, todo es en esa misma fecha, el 2 de noviembre.

Presidente: ¿Al inicio o al final del día?

Alessia Zimei: No, ya hacia el final, después de estar hablando durante horas, porque no me convencía.”

Regresó a L`Aquila ya bien entrada la noche y le aseguró a sus familiares que se alejaría de la Armada Blanca, De hecho, se salió sin siquiera entregar a los responsables del Movimiento algunos documentos importantes que el Arzobispo de Quito le había confiado. Lleva consigo una larga lista de acusaciones contra el Padre Andrea D’Ascanio, recopiladas por Gabriele Nanni, que ella deberá presentar ante el Obispo Molinari, quien el 6 de noviembre, acude a la casa de la familia Zimei y pide elaborar lo más rápido que sea posible una denuncia: el 8 de noviembre tiene en propia mano una declaración firmada por Alessia Zimei, documento que constituirá la base de la acción del proceso eclesiástico entablado contra el Padre Andrea D’Ascanio.


Gabriele Nanni regresa a L’Aquila

El 24 de noviembre de 1996, Alessia Zimei y Annarita Bellisari acuden a recogerlo a Civitella del Tronto y por la tarde lo acompañan a la catedral de L’Aquila, en la cual Mons. Molinari está oficiando. Después de la Misa, se presentó en la sacristía y el Obispo lo acogió sin excitación, asegurándole que lo ordenará sacerdote: “Yo estaba contentísimo” – declaró en su testimonio ante el Tribunal Eclesiástico – el mismo día echado de una parte y tomado en otra”.

Pero le solicitó que de inmediato escribiera una declaración en contra del Padre Andrea D’Ascanio y, además, que buscara a otros acusadores. Lo hizo hospedar en la casa de la familia Zimei, donde hallaría el clima más adecuado para cumplir este mandato. (cfr: 2 – Un proceso programado).

De la sentencia de absolución:

El instrumento de dicha “apertura de ojos”, Don Gabriele Nanni, abandonó la Pro Deo et Fratibus y se mudó a L’Aquila: “me hallaba en L’Aquila sin casa, por lo que me dieron alojamiento en la casa de la familia Zimei”, (...). En dicho lugar, se formó una organización para acusar al Padre Andrea D’Ascanio, lo cual fue reconocido (...) por los protagonistas en ocasión de la rendición de sus testimonios. La casa de la familia Zimei fue frecuentada, con mayor o menor intensidad, por el Sr. Domenico Pelliccione, la Sra. Pierina Mirka Manfredi, la licenciada Anna Rita Bellisari, etc.: todos ellos ex integrantes de la “Armada Blanca”. Con la colaboración de Alessia, sus hermanos y de Don Gabriele Nanni, se redactaron algunas de las acusaciones y se transcribieron algunas cintas que contenían declaraciones verbales del Padre Andrea”.

Del interrogatorio a Alessia Zimei ante el Tribunal Eclesiástico:

“Presidente: ¿Usted cree haber ayudado a Gabriele Nanni a convertirse en sacerdote?

Alessia Zimei: (...) lo sacaron de la Pro Deo. No sabía a dónde ir y... yo hablé de él (“lo recomendé”, dijo en la primer versión) con Mons. Molinari”.

Del interrogatorio a Annarita Bellisari ante el Tribunal Eclesiástico:

Entonces Molinari vino a mi casa (...) y yo le hablé de él el 23 de noviembre y Gabriele fue aceptado por Molinari, porque sustancialmente había sido despedido de la Pro Deo en la mañana, después él fue a L’Aquila, donde fue acogido por Molinari y enviado a hospedarse a la casa de la familia Zimei”.

De la sentencia de absolución:

Monseñor Molinari, que no lo conocía, pero sabía de él por Alessia, lo acogió bajo su protección directa en vista de una no lejana ordenación sacerdotal: don Gabriele se volvió su chofer y su hijo espiritual (...)”.

¿Por qué Don Gabriele fue sacado de ProDeo?

De la carta de su Excelencia, Mons. Paolo Hnilica, al Padre Andrea D’Ascanio:

Él dejo la comunidad porque le planteamos la siguiente disyuntiva: o se quedaba en nuestra comunidad misionera, dejando en paz al Padre Andrea, porque creemos en su integridad y en la maravillosa misión de la Armada Blanca; o bien, abandonaba nuestra comunidad”.


Entra inmediatamente en acción

No habían transcurrido ni 24 horas, cuando Nanni se puso en contacto con Mirka Pierina Manfredi de Modena, otra antigua conocida suya, a quien el Padre Andrea D’Ascanio había ayudado a terminar sus estudios y a colocarse como profesora, y de inmediato se declaró lista para la segunda denuncia:

Del interrogatorio a Pierina Manfredi ante el Tribunal eclesiástico:

Me decidí a escribir el documento de denuncia, tras haber recibido una llamada telefónica de Gabriele Nanni, en la misma, él me explicó como Mons. Molinari estaba recopilando testimonios para exponer a la luz pública al Padre Andrea. Le escribí esa misma tarde en que me llamó, el 24 de noviembre de 1996, Creo que luego se la mandé por correo a Alessia Zimei, pero no estoy segura.”

Dos días después, el 26 de noviembre, Nanni presentó su primer denuncia contra el Padre Andrea ante Mons.Molinari, pero este le pide que haga otra más consistente y lo ánima a moverse para obtener más testimonios de cargo: así es como toma forma la segunda denuncia, la cual, el citado Obispo se encargó de hacer llegar a Roma, junto con una cartita de presentación:

Tomado del acta que contiene el interrogatorio a Gabriele Nanni ante el Tribunal eclesiástico:

Presidente: La segunda denuncia de él (Nanni) fue recibida en la CDF el 7 de marzo de 1997, por lo tanto, es anterior a esa fecha. Mons. Molinari escribe en la misma: “Este texto lo hizo Nanni, porque yo se lo pedí”.

En los días subsecuentes, Gabriele Nanni hará firmar denuncias contra el Padre Andrea D’Ascanio a Anna Rita Bellisari y a una señora albanesa que tenía poco de haber llegado a Italia. Es entonces que, en la Congregación para la Doctrina de la Fe tuvieron material suficiente para activar el primer proceso.


Diácono y sacerdote

Gabriele Nanni, después de quedarse tres meses en casa de la familia Zimei y tras haberle presentado al Obispo las demás denuncias solicitadas, fue enviado con el párroco de Sassa (AQ). Dos meses después es ordenado diácono y es inscrito oficialmente en la diócesis. Cinco meses después, el 30 de agosto de 1997, es ordenado sacerdote:

Diacono”

¿Con qué espíritu se prepara uno para ser ordenado Diacono, último escalafón antes del sacerdocio?

De la declaración de Mons.Molinari ante el Tribunal eclesiástico:

- “Entonces (el 30 de marzo de 1997, nota del redactor) le dije a Don Gabriele “¿qué dices?, ¿te ordeno mañana o nos esperamos?” y él me contestó: “si dejamos pasar esta ocasión, a lo mejor ya no se vuelve a presentar esta oportunidad en el futuro”. Lo ordené...después, Mons.Peressin me dijo: “Me traicionaste, voy a escribir a Roma. Haré anular esa ordenación...”

Bien consciente de engañar al Arzobispo titular, el 31 de marzo de 1997 se hace ordenar diacono, con pocas horas de antelación, aprovechándose de esa “ocasión” que quizás ya no se “presentaría en el futuro”. Mons.Mario Peressin comenta esta ordenación en la carta que envió al Card. Ratzinger el 24 de junio de 1997:

Me surgen muchas dudas sobre la intención y verdadera vocación del Diacono Gabriele Nanni... quizás este hombre Nanni es la clave para entender todas las recientes dificultades que han experimentado el Padre Andrea y la Armada Blanca. Parece que es precisamente Nanni, quien teje las redes de sus opositores”.

Sacerdote”

¿Con qué espíritu se prepara uno para ser ordenado Sacerdote? Lo dice él mismo el 2 de marzo de 1999, en las declaraciones que realizó ante el Tribunal eclesiástico:

Yo no quería ser ordenado, se lo dije a Mons.Molinari, él me pidió varias veces que lo dejara ocuparse de eso. Lo hice en obediencia a Mons. Molinari y por devoción.”

Surge la duda legítima sobre la validez de la ordenación sacerdotal de Gabriele Nanni, duda apoyaba por el Código de Derecho Canónico:

Can.1026: “Quien sea ordenado deberá gozar de la debida libertad; no es en lo absoluto lícito obligar a nadie, en cualquier forma y por cualquier motivo, a recibir los hábitos”.

Gabriele Nanni declaró que “no quería”, la obediencia debida al Obispo es una pesada “carga moral”. ¿Qué cosa significa hacer algo “por devoción? ¿Devoción a quién?

Can.1029: “Serán promovidos a las órdenes sólo aquellos que (...) sean movidos por una intención recta”.

La “intención” con la cual Gabriele Nanni pasó a la diócesis de L’Aquila es aquella manifestada a sus Superiores de Pro Deo:

...dijo que tenía, en conciencia, ir a L’Aquila para acusar al Padre Andrea D’Ascanio, porque está endemoniado y es peligroso para la Iglesia” (de la carta de Su Excelencia, Mons.Paolo Hnilica al Padre Andrea D’Ascanio).

Pero, en su última carta escrita en Eslovaquia, de fecha 13 de mayo de 1994, se dirigía al Padre Andrea D’Ascanio con estas expresiones:

Te agradezco infinitamente...realmente no tengo con que pagarle todo lo que ha hecho por mí, sino manifestándole mi reconocimiento y recordándolo en mis oraciones cotidianas. Con afecto, Gabriele.”

¿Con base a qué elementos y no habiendo tenido contacto alguno con él, ahora lo declara “endemoniado y peligroso para la Iglesia?

Don Gabriele Nanni, en el camino sacerdotal que ha tomado no se ha conducido con una “intención recta”: con tal se salvarse a sí mismo, no duda en asesinar moralmente a un sacerdote ni en arremeter contra una Obra de María bien vista por decenas de Cardenales y Obispos e incluso por Su Santidad Juan Pablo II, quien en un acto único, le otorgó audiencia a 10,000 pequeños de la Armada Blanca, que por cierto ha sido la audiencia más grande, reservada exclusivamente a niños, que se ha verificado en toda la historia de la Iglesia.


“Canónico” de la Catedral

Después de tres años y medio, el 5 de febrero de 2001, Mons. Giuseppe Molinari lo nombró canónico de la catedral, cargo honorífico que se le otorga sólo “a sacerdotes que se distinguen por su doctrina y por la integridad con que conducen su vida y, además, porque hayan ejercido honrosamente el ministerio” (can.509 del Código de Derecho Canónico).


“El Exorcista”

Internet está lleno de sitios en los cuales se habla de Don Gabriele Nanni como exorcista o, mejor, como formador de exorcistas.

¿Quién es el exorcista?

El exorcista en la Iglesia Católica, es el sacerdote que libera del poder del demonio a las personas que han sido poseídas.

¿Quién es el demonio? La personificación del odio y de la mentira, ya que es lo opuesto de Dios que es Amor y Verdad. Jesús lo llama “homicida desde el principio… padre de la mentira” (Jn 8,44)

El más auténticamente “poseído” por el demonio es aquel que tiene el corazón cargado de odio que lo lleva a descargarlo contra el hermano" (“Quien odia a su hermano es homicida”- 1Jn 3, 15) golpeándolo a veces físicamente, en la mayor parte de los casos con la calumnia que es fruto de la mentira.

Veamos – en cuatro casos testimoniados y jurado - los frutos que Don Gabriele Nanni produce con sus exorcismos. El primero es aquel efectuado sobre Alessia Zimei el 2 de noviembre de 1996: después de diez horas de pleito (“después de que hablamos horas, que no me convencía” dice Zimei) el “exorcista” vence su batalla: saca del corazón de Alessia el Amor y lo llena de odio despiadado haciéndola la más tenaz acusadora del Padre Andrea. Lo mismo hará con los demás testimonios en las declaraciones de las cuales será implantado el proceso.

1 caso: Alessia Zimei:

Esta “liberación” deja desorientados y perplejos a todos los que hacía unos pocos días antes la frecuentaron durante meses en la misión en Ecuador.

De la declaración de Su Eminencia, Cardenal Bernardino Echeverría Ruiz, Arzobispo emérito de Guayaquil:

Declaro que el 12 de noviembre de 1996, me encontré a Alessia Zimei, con el hermano Francesco, en la casa General de los Padre Menores en Roma, la cual se ubica en via Santa Maria Mediatrice no.25. Me dijo que quería denunciar al Padre Andrea y a la Armada Blanca ante la Sagrada Congregación para la Doctrina de la Fe y que a tal efecto iría a ver al Cardenal Sodano. Intenté disuadirla, recordándole lo mucho que había colaborado con este movimiento mariano y el gran afecto que siempre había demostrado por el Padre Andrea. La hallé inconmovible y me pareció extraño que en unos cuantos días se pudiera experimentar un cambio tan drástico, más extraño aún me pareció el que se dirigiera al Cardenal Secretario de Estado, que no tiene nada que ver con la Congregación para la Doctrina de la Fe. A los pocos días del suceso, me encontré al Padre Andrea y le comenté lo acontecido. Le dije que tenía que mantenerse fuerte, porque esto sólo se trataba de una prueba, para él y su obra, querida por el Padre Pío de Pietrelcina”. Cardenal Bernardino Echeverría Ruiz. OFM

Del testimonio brindado, bajo protesta de decir verdad, por Patricia Puccini al Arzobispo de Guayaquil (Ecuador) a solicitud del Presidente del Tribunal Eclesiástico:

Para ella, la Armada Blanca lo era todo, desde pequeña formó parte del movimiento (...). Yo era feliz cuando la oía hablar de la Armada y sobre todo me emocionaba ver el profundo respeto y amor con que siempre hablaba del Padre Andrea y de su obra. Lo llamaba “Mi pa’”, porque me decía que para ella, él era como otro padre”.

Véase esta última carta, que el Padre Andrea recibió de Alessia Zimei durante su estancia en Ecuador, de fecha 2 de octubre de 1996:

Queridísimo Padre, te comunico que la reunión de hoy salió de maravilla. La lectura que hicimos del fax que mandaste, fue reconfortante para todos. Todos están muy contentos (...). Hoy, mientras jugueteaba con la calculadora, hice cuentas de cuántos niños me había encontrado yo solita. ¿Adivina cuántos eran? Eran 28,682 (...) Te mando un abrazo muy fuerte, tan fuerte como el que nos dimos en el aeropuerto. Alessia”.

2 caso. Mirka Pierina Manfredi

El efecto de este segundo exorcismo es inmediato, le “abrió los ojos” después de una llamada telefónica con Gabriele Nanni (el 24 de noviembre de 1996), tal y como se desprende de la denuncia que presentó ante el Tribunal eclesiástico:

Hasta hace poco, le escribía al Padre Andrea cartas de agradecimiento (...), hoy acuso al Padre Andrea de plagio”.

3 caso. Anna Rita Bellisari

De su testimonio ante el Tribunal eclesiástico:
El 3 XI, Gabriele Nanni, mediante una llamada telefónica que duró dos hora y media, comenzó a abrirme los ojos”.

4 caso. Rosa Pelliccione. Del interrogatorio hecho a la hermana Maria Gabriella Pelliccione:

Mi padre la llevó (a su madre) de inmediato con Gabriele, tanto fue su ímpetu que también me quería llevar a mí; me ha insistido en varias ocasiones: “Lella, ven con Don Gabriele, él te va a ayudar a que abras los ojos, a entender”. A mí no me dijo que mi madre ya hubiera ido ni tampoco que ella ya hubiera abierto los ojos...”

Un mismo fenómeno que se repite muchas veces, en las mismas condiciones, adquiere validez científica. El verdadero poder exorcístico de don Gabriele Nanni es aquel de quitar el Amor del corazón de las personas que “exorcisa” y llenarlo de odio: de quitar de su mente la Verdad y de poner la mentira.

Estos testimonios fueron considerado falsos y no fidedignos por los jueces que absolvieron al Padre Andrea.


El verdadero rostro de Gabriele Nanni

De la sentencia de absolución:
Sobre el carácter, los sentimientos más íntimos y profundos de Don Gabriele Nanni hay un documento manuscrito suyo, el cual fue enviado al Padre Andrea D’Ascanio cuando Don Gabriele todavía estaba en la Armada Blanca (2 de septiembre de 1992, auto del proceso no.116, anexo). (...) Don Gabriele Nanni dijo de sí mismo (los comentarios resultan superfluos).”

Autodenuncia
Deseo, en lo profundo, afirmarme a mí mismo: ejerciendo un poder sutil, fascinante, sobre las personas y crear una dependencia; logrando un poder institucional capaz de modificar y estructurar a mi agrado la realidad cuanto más sea posible.

Deseo ser amado, tener un lugar en el corazón de los demás, si es el primer lugar, mejor. Así como a mi nunca me gustó la violencia ni el plagio, porque no determinan una veneración sincera o verdadera, busco el modo de obtener todo esto haciéndome amar por aquello que soy: obviamente se necesita ser lo más perfecto que sea posible: lo imposible de esta “realidad” debería convencer a los demás en forma evidente, por sí misma. Esta perfección del ser por sí misma se excluye, obviamente, un camino, una maduración, porque el ser es.
Si en una época pensaba que lo que domina el todo es la única actividad sintética, esto es, la filosofía, he descubierto con posterioridad que el espíritu, particularmente si se halla unido a aquel que es el Único, Verdadero y más que potente. He tomado entonces un camino para poder entrar y conocer los secretos, para poder potenciarme a mí mismo y con ello poder ejercer aquella actividad de síntesis de la realidad y su gobierno.

Dios puede ser un rival, más que una ayuda, porque permanece muy apartado. Mi cruz está dada por la incapacidad para obtener los poderes extraordinarios de Dios.

En lo cotidiano, la cruz se manifiesta, obviamente, cuando lo que hago no me parece corresponder a una dignidad más alta. Todo lo que hago, lo hago porque espero que en el futuro las cosas cambien. (...)

Lo que busco no es un cargo eclesiástico (si llega, pues que bueno), sino un cargo de espíritu tal con el que pueda ejercer un poder ilimitado. Sería deshonesto si omitiera también un real, si bien raro, deseo de purificación. Pero al final perdura el deseo de purificación hecha por mí mismo, o por Dios, por el mero deseo de ser como quisiera, por mí mismo.

Como ya he dicho, no me interesa imponerme a los demás con la mentira o el camuflaje. Ambiciono ser perfecto para ser el dios de los demás (Dios es tan grande que espero que me haga un poco de espacio).

¿Delirio? Con un examen de realidad la respuesta es afirmativa. Pero yo sé que, paradójicamente, con el espíritu no hay límites, confines, obstáculos y todo es posible. Pienso que esto quizás sea demoníaco. Una conciencia de qué cosa es el demonio la tengo clara, porque pensamos las mismas cosas, ilusionándonos nosotros mismos con la idea de que actuamos por lo mejor, mejor que Dios; o bien, no obstante él.

Es el momento de preguntarme y declarar de que parte estaré. Se perfectamente que no hay la posibilidad de tomar una tercera vía y que estos deseos me quemarían en todo caso.

Si no escogiera a Dios, no soportaría la inercia y la mediocridad. Por otra parte, es como tener un arma sin empuñadura. En el caso de que la encontrara o me la dieran, me iría al ataque y, estoy seguro, si no es al servicio de Dios, sería en contra de Dios, en un insoportable, insoportable impulso a ejercer el poder. (...)

La síntesis es que la mía, no es una vocación “santa”; mi deseo no es el servir a Dios, sino a mí mismo.

Gabriele”.

De la sentencia de absolución:

Esta autodenuncia, que podría haber servido para una conversión profunda, es importante y no parece haber perdido actualidad alguna, considerando el modo de comportarse de Don Gabriele Nanni en esta causa”.

Perfil de Don Gabriele elaborado por un psicólogo

De la carta escrita por el licenciado Andrea Alfonsi, psicólogo, al Padre Andrea D’Ascanio, la cual obra en los autos del proceso eclesiástico:

“Querido Padre Andrea...

Siento el deber de manifestarle un parecer, creo yo demasiado objetivo, sobre la persona de Gabriele Nanni, Alessia Zimei y Annarita Bellisari.

Son personas que, en particular Gabriele, como bien sabe usted, he tenido la oportunidad de conocer a fondo, frecuentándolas de continuo (en el caso de Gabriele, incluso compartiendo un techo en la misma casa) y compartiendo con ellas todas las dificultades, pero también las alegrías, que la vida en L’Aquila nos ofrecía día con día.

El sentido que tiene esta carta es muy sencillo y lo puedo resumir en una frase, quizás un poco amarga, pero clara y para nada exagerada: “no me asombra para nada que personas como Gabriele, Alessia y Annarita hayan podido, con suma despreocupación y olvidándose de cualquier buen sentimiento que las ligaba a usted, verter en su contra un odio violento y absolutamente injustificado”. Quizás esto le pueda sonar a usted algo novedoso...

Me viene a la mente una de las primera frases que tuvo a bien decirme Gabriele: “¡El Padre Andrea tiene más cualidades que Jesucristo! Y todavía más: “El Padre Andrea no tiene una personalidad definible, es imposible encuadrarlo según los criterios humanos”.

Las divagaciones de este tipo se alternaban, incluso en el curso de un solo día, con las más bajas y violentas acusaciones en sus relaciones, las cuales surgían siempre que se rompía alguno de sus sueños (hablo de Gabriele) de grandeza. Las ilusiones de Gabriele encontraban una apariencia de realidad en su adhesión a una persona como usted con la que, según los dichos del propio Gabriele, Dios en Primer Persona se estaba jugando el destino del mundo.

Su aspiración al sacerdocio no conciliaba bien con la actitud que tenía con respecto de la vida misma de la que esperaba todo el reconocimiento... ¡Ni sus aspiraciones se detenían en el sacerdocio! Él aspiraba seguramente al Episcopado, él decía: “Para tener la plenitud del Sacramento”, yo lo corregiría y diría: “para tener la plenitud de sí mismo”...

Su adhesión a la Armada Blanca era una adhesión narcisista (perdone el tecnicismo psicológico) hacia la persona del Padre Andrea que debía ser su trampolín de salto...Él quería amigos Obispos y poderosos, dones del Altísimo, poder y gloria.

Pobre Gabriele, con sus sueños destrozados, pobre eterno adolescente enamorado de sí mismo hasta el punto de engañarse a sí mismo sobre los motivos de su hacer. Lo que está haciendo ahora, bajo la fachada de celo por develar una aparente verdad, esconde una venganza en contra de quien no estuvo a la altura de sus insaciables deseos, ni el artífice de los mismos, pero tampoco colaborador tácito ni conforme de los mismos.

Fui a buscarlo en la casa de formación de Civitella, en donde se refugió, escapando de L’Aquila: decía que se hallaba muy bien, pero por el contrario, “estallaba” y se retorcía todavía más en su maraña de pasiones. Ahora se encuentra en la mísera condición de quien se ha hecho una vida a base de mentiras, mentiras que no se ahorra ni para sí mismo.

Gabriele es esto: una explosiva mezcla de inmadurez, desequilibrio, ambiciones grandiosas, resentimientos y odios incubados y alimentados, pasiones desordenadas”.

Perfil de Gabriele elaborado por una ex compañera suya de estudios:

Con respecto a Gabriele, yo observé esto: pasa de momentos de búsqueda sincera de Dios y las cosas divinas a momentos de investigación confusa de sí mismo y su propia realización.

En varias ocasiones, cuando trataba de hacer morir su propio yo, ha intentado destruir a quien se le opusiera, más que a sí mismo.

Ejerce una gran fascinación entre las mujeres, pero sobre todo le encanta ver que hay quien padece esta fascinación.

Pasa de momentos de estima hacia una persona, llegándola a buscar con frecuencia, a momentos de rechazo hacia la presencia de la misma, siendo capaz de ultrajarla moralmente y, si fuera posible, incluso físicamente. Yo he tenido que pasar por cosas de esas...” (Testimonio de Paola Cirillo, Modena).


El “exorcista” continua en su acción de difamación

Adquiere un gran significado lo dicho el Arzobispo Mario Peressin a Monseñor Piero Vergari: “Gabriele Nanni ha hecho de la destrucción del Padre Andrea y de la Armada Blanca los objetivos de su vida”.

Después de 13 años Don Gabriele Nanni continúa su acción difamatoria en cualquier parte del mundo donde se presenta con motivo de su “carrera” como exorcista, con mentiras siempre más grandes, con calumnias cada vez más graves. El odio es difícil que muera y se refuerza con el tiempo.

Pero el odio no es compatible con el Sacerdocio.

El Comité Internacional pro Padre Andrea D’Ascanio le aconseja a Don Gabriele Nanni que reconsidere seriamente su ordenación sacerdotal, la cual “no quería” y que no recibió teniendo una “recta intención”.

El Comité Internacional pro Padre Andrea D'Ascanio se ha propuesto revelar al mundo el otro rostro de la Justicia Eclesial.